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Cuando la vida toma un desvío

Los desvíos de la vida son un tema consistente en la Biblia. Lo vemos con José cuando es elegido por Dios, y luego pasa años en prisión. Lo vemos con Ruth cuando su primer marido muere poco después de su matrimonio, y luego sigue a su suegra a un país extranjero. Lo vemos mucho con Pablo, que escribió la mayor parte del Nuevo Testamento.

Desde las escamas que caen de sus ojos hasta estar atado en la cárcel, muy pocas personas entienden los desvíos como los entiende Pablo.

De hecho, echemos un vistazo más de cerca a uno de sus desvíos. Pablo tenía grandes planes para viajar a Roma y compartir la Buena Nueva de Jesús. Mirando su corazón y sus motivos, es difícil creer que Dios no quiera que Pablo tenga éxito. Sin embargo, en el camino, Pablo fue encarcelado. Su gran plan se detuvo de repente y comenzó su desvío.

Esto es lo que aprendemos de Pablo sobre los cambios inesperados en la vida:

• La buena obra de Dios no ha parado (Filipenses 1:6).



• Nuestros desvíos allanan el camino para el plan divino de Dios (Filipenses 1:12).



• Estamos llamados a regocijarnos continuamente (Filipenses 1:18-19).

Mientras Pablo estaba encarcelado, habría sido muy fácil para él quejarse y preocuparse. Sabía que podía ser ejecutado en cualquier momento. En su lugar, usó su desvío para hacer exactamente lo que fue llamado a hacer en Roma: compartir el Evangelio.

Cuando partió hacia Roma, pensó que estaría predicando a las masas. En su lugar, pudo compartir personalmente el Evangelio con cada uno de los guardias en la cárcel donde estaba encadenado.

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros? Podemos aprender a ver los obstáculos como oportunidades. Con la perspectiva correcta, podemos ser como Pablo, declarando:

... lo que me ha pasado ha contribuido al avance del evangelio Filipenses 1:12 NVI.

Oración: Dios, mientras miro hacia atrás en mi vida, puedo verte trabajando en los contratiempos y cambios. Estoy agradecido de que, incluso cuando no lo entiendo, pueda confiar en que tienes el mejor plan en mente. Ayúdame a empezar a ver los obstáculos como oportunidades para avanzar en el Evangelio, y pido que Tu voluntad se haga en mi vida, y no mi voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

Desafío: Habla con Dios sobre un desvío específico en tu vida. Dale las gracias por ello y luego hazle cualquier pregunta que aún tengas sobre Su propósito.