Cómo Vivir en La Cuarta Dimensión en Un Mundo De Tercera DimensiónMuestra

La fe es el segundo elemento que mueve la Cuarta Dimensión del Espíritu Santo. La fe no se puede medir ni tocar, pero mueve montañas. El tema es que muchos creyentes limitan la fe en la esfera de su conversión. Es decir, piensan que la fe fue necesaria para alcanzar la salvación, y la guardan como si fuera una especie de piedra preciosa. Pero la realidad es que precisamos de este elemento todos los días de nuestras vidas en pos de vivir experiencias milagrosas, porque Dios recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles (2 Crónicas 16:9). 

Ahora bien, la fe en la Cuarta Dimensión no es una fe que simplemente obra milagros, sino es una fe que está ligada al corazón de Dios, una fe profunda que interesa más en la relación que en el resultado, una fe sobrenatural que va más allá de la realidad física. 

El Señor Jesús dijo claramente: “Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y obtendrán” (Marcos 11:24). Esto es lo que yo llamo la fe en tiempo pasado. Existe una diferencia abismal entre creer que puede llegar a ocurrir un milagro, y creer que Dios ya lo ha obrado. Si quieres vivir en la plenitud de la Cuarta Dimensión, tienes que concebir esta clase de fe, que es la que te permitirá con el tiempo tocar el milagro en la tercera dimensión física, porque según tu fe de la Cuarta Dimensión, será hecho en la tercera dimensión.