Estoy RotoMuestra

Desde niño me crié en iglesias donde nadie quería decir lo que estaba pasando. Y con esto me refiero a lo que nadie veía, a lo oculto, a lo que nadie sospechaba. No decían nada porque temían que se les viera mal, y superficialmente podíamos ver que todos estaban bien. Esto no ha cambiado, sigue siendo constante hasta el día de hoy: yo hablo del tabú de no querer hablar y buscar ayuda para lo que estás pasando en tu vida privada.

Y lo reprimen. Prefieren luchar a solas, sin ayuda de nadie, asegurando que con sus fuerzas podrán derrotar a ese pecado oculto con el que pelean. Esto no pasa solamente en la iglesia, sino, también, fuera de ella. Hay personas que las puedes ver felices, pero dentro están destrozadas; por dentro están vacías y lo disfrazan con una sonrisa que no es genuina.

Esto es trágico, porque hay muchos jóvenes que ahora están muriendo, muriendo por ese agotamiento emocional que les drena, de tanto luchar. Ellos solo terminan cansados y quedan mucho más vacíos que antes. No tienen donde alimentarse, porque no lo hablan, y por ende, no hay quien les aconseje. Eso hace que ellos mismos, con sus fuerzas, busquen el alimento en la dirección contraria.

Cuando tú intentas llenar ese vacío con tus propias fuerzas, te deja mucho más vacío que antes. Quedarás agotado, y al final del día llegarás a tu cama y sentirás la misma hambre o muchísima más de la que tenías al principio. Pelear solo nunca te hará ser visto más fuerte, ni mucho menos, más espiritual.

Dios bendiga a esos líderes/pastores/amigos con los que podemos ser vulnerables y podemos abrirnos totalmente y contarles qué es lo que estamos pasando.

Eres afortunada si en tu iglesia local tú encuentras a ese líder que se preocupa por ti; y no es la preocupación de saber qué hiciste ni con quién lo hiciste, sino esa preocupación de saber si tu alma está vacía.

Si encuentras a esa persona, tienes más que muchas personas que actualmente no encuentran alguien con quien ser vulnerable. Gracias a Dios que existen esas personas que son utilizadas como instrumentos de Dios para acercarnos a Él.