Dios, ¿qué hay de mí?Muestra

Revisa el historial de Dios, no eres solo tú

Marta y María, Ana, José, David, Job, Abraham, Sara. No eres solo tú.

Dios muestra su amor por nosotros al permitirnos esperar. Es importante notar que cuanto más larga sea la espera no es una indicación de que Su amor por ti sea menor o que seas menos favorecido que otra persona. Es una indicación de un Padre que todo lo sabe con planes especialmente diseñados para encajar perfectamente con cada uno de Sus hijos y su propósito.

En Juan 11:5 AMP, el pasaje de la resurrección de Lázaro comienza diciendo: "Jesús amaba y se preocupaba por Marta, su hermana y Lázaro [y los consideraba queridos amigos]".

Luego dice: “Entonces cuando oyó que Lázaro estaba enfermo, se quedó dos días más en el mismo lugar dos días más” (Juan 11:69.

Esperaríamos que Jesús se moviera rápido, porque en nuestra perspectiva limitada pensamos que el amor se mueve rápido. Pero no, el amor incondicional de Dios se mueve con propósito, a propósito, por propósito.

Jesús se quedó un día más, no uno, sino dos días.

Creemos que una de las razones de Su respuesta fue que el propósito de Su presencia en esa situación particular era resucitar a Lázaro, no curarlo. Querían sanidad, pero el plan de Dios era la resurrección.

Entonces, el amor de Cristo por ti no se basa en qué tan rápido se mueve por ti, qué tan rápido obtienes ese avance, qué tan rápido obtienes el trabajo, qué tan rápido obtienes lo que sea. ¡Los resultados rápidos no significan que fue Dios! Los resultados rápidos tampoco significan que no sea Dios. La intimidad con Dios es lo que te revela si seguramente son o no Sus manos las que orquestaron lo que ves.