Falta de pazMuestra

Ausencia de paz 

El año 2020 pasará probablemente a la historia como uno de los más impopulares en muchas de nuestras vidas. Desde una pandemia mundial hasta la creciente conciencia de la injusticia racial, pasando por la tensión y la división política, ha sido una temporada difícil. Muchos de nosotros sentimos que nos falta la paz, o incluso que nos la han robado. 

Pero, ¿y si no son las circunstancias las que nos roban la paz – sino más bien que ellas revelan que ya existía la ausencia de ella? 

Cuando los tiempos se vuelven desafiantes, tenemos una manera de idealizar el pasado pensando que si nuestras experiencias fueran diferentes, entonces seríamos felices y encontraríamos la paz. 

Así que, aunque debemos reconocer lo difícil que ha sido esta temporada, no podemos culparla de todas las dificultades que enfrentamos. Tampoco podemos descartar lo que Dios está haciendo, incluso a través del caos. 

Entonces, ¿qué es la paz? ¿Cómo la encontraremos estando divididos, ansiosos e inseguros acerca del futuro? 

La buena noticia es que la paz no se encuentra en la ausencia de problemas. Se encuentra en la presencia de Jesús. 

Efesios 2:14 nos recuerda que Jesús vino como nuestra paz. No sólo a darnos paz sino ciertamente a ser nuestra paz. De hecho, la palabra griega paz es eirene, la cual también significa plenitud. Jesús no vino solamente para que nos sintiéramos bien algunos días. Vino a restaurarnos y – a restaurar nuestra relación con Dios – a plenitud. 

Nuestra paz está ligada a la presencia de nuestro inalterable Dios. Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Él es fiel. Él es bueno. Él es digno de nuestra confianza. 

No encontraremos la paz en nuestras circunstancias cambiantes ni buscándola por nuestra cuenta. Jesús es la paz que nos falta, y cuando dejemos de fijarnos en nuestros problemas y en su lugar fijemos nuestros ojos en Él, empezaremos a experimentar la paz que guarda nuestros corazones y que sobrepasa todo entendimiento. Basta con mirar este recordatorio de las Escrituras: 

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca Eterna. Isaías 26:3-4 NVI 

Perfecta paz, suena increíble, ¿verdad? Llega cuando enfocamos nuestros pensamientos en Jesús y confiamos plenamente en Él.

Aunque pueda parecer ausente o lejana, la verdad es que la paz es una Persona, y cuando confiemos en Él y fijemos los pensamientos en quien Él es, la hallaremos. Eso no significa que siempre estaremos felices o sin experimentar ansiedad o miedo. Significa que sabremos cómo encontrar paz cuando afrontemos luchas porque la paz es una consecuencia de la presencia de Dios.