Todo lo que necesitoMuestra

Muy a menudo, cuando pienso que desesperadamente quiero o necesito algo nuevo en mi vida, lo que realmente anhelo es la presencia de Dios, la voz de Dios y la Palabra de Dios. En Su presencia, el miedo huye más rápido que las pequeñas lagartijas que se ponen en mi camino en una vereda del sur de Florida, la paz cae como una manta caliente en un día de nieve y los sueños saltan y bailan como un nuevo deleite.  

Sueños que ni sabíamos que existían en nuestros corazones.  

En Su presencia, soñamos de nuevas maneras. Nos alineamos a Su corazón porque Él habita en el nuestro y nos transforma de adentro hacia afuera. Encontramos propósito a través de la verdad de Su Palabra. En Su presencia, todo lo que necesitamos simplemente se desborda en todos los aspectos de nuestra vida. De esa abundancia creamos con el Maestro Creador y el Maestro Creador crea a través de nosotros.  

Él siempre y para siempre está haciendo cosas nuevas de las áreas viejas y secas de tu vida. Dios no solamente cambia tus circunstancias y batallas, sino que escribe NUEVAS historias, NUEVOS recuerdos y NUEVAS aventuras.  

La presencia de Dios hace que las cosas rotas estén completas. No porque hemos hecho algo, sino porque Él está completo. No está roto: no está dañado. No está dividido o desunido; No está lesionado o deteriorado. No está lastimado; está completo. No está herido. Está sano. 

Y a través de Jesucristo, nosotros también estamos completos. Somos hechos nuevos en Su presencia.

No hay nada como entrar en Su presencia en busca de nuestra porción a través de Él. No hay nada como perseguir al Proveedor.

Persigue a tu Proveedor con alabanza y agradecimiento, con adoración y con la verdad de Su Palabra.

No intentes buscar por ti mismo, aunque sea incómodo o vergonzoso. Lucha contra el deseo de retirarte a la comodidad de la soledad en tu sofá (o con la vacía compañía de Netflix). Cuando hay dos o más reunidos en Su nombre, Dios ha prometido estar ahí. He visto milagros increíblemente poderosos hechos en los corazones y cuerpos de los que buscan a Dios juntos... Me ha pasado en mi propia vida. Entra en comunidad y permanece en ella. Así es como estamos hechos para crecer. 

Proclama que Dios es el Dios sobre cada época buena y mala, ambas, la de sequía y en las frutctíferas y en la época de mucho trabajo y de descanso. Él quiere escucharnos proclamar esta verdad, porque Su verdad es buena y fuerte. Cuando hablamos Su verdad, encontramos gozo y nos volvemos agradecidos. Él desea nuestro agradecimiento, nuestra alabanza y nuestra adoración porque sabe que nos recordará que está en el trono y que ya se ha adelantado a cualquier cosa que podamos enfrentar hoy.   

Mi corazón late por ti, lector de estas palabras. Más que nada, quiero que lo conozcas y lo bueno que es. No nos deja solos, no se sienta a ver cómo nos valemos por nosotros mismos cuando le pedimos ayuda. 

Nos prometió que cuando lo buscamos, lo encontraremos. Independientemente de dónde estemos y de cómo llegamos hasta ahí, Dios tiene una porción perfecta esperándonos.

Reflexión final y Oración

Dios, todo don bueno y perfecto viene de Ti, no podemos ni siquiera imaginar lo que nos tienes reservado en el futuro… pero sabemos que ya lo has asegurado, ya lo has pagado, ya nos has trazado un camino para conseguirlo.

Dios, queremos estar donde Tú estás. Queremos ver Tu rostro, escuchar Tu voz, estar en la misma presencia del perfecto amor. Amor sin defecto. Amor tan puro como el llanto de un bebé recién nacido.  

Ven a conocer a las personas que están leyendo esto justo donde están en este momento, porque Tú los conoces completamente. Conoces las luchas, batallas, fracasos y las montañas contra las que están luchando. Sabes lo que se necesita para ganar y ya lo tienes asegurado. Más que los buenos regalos que nos traes a todos, trae Tu presencia a ellos ahora mismo.

En la tensión, en la oscuridad, en la batalla, en el desierto, no dejaremos de alabarte, adorarte, clamar a Ti, de humillarnos y recordar cómo nos has traído hasta aquí.

Te esperamos expectantes, oh Señor. Eres nuestra porción perfecta. Eres todo lo que necesitamos.