7 días para dejarse guiar por el Espíritu SantoMuestra

Invita al Espíritu Santo para que llene tu vida

Hoy llegamos al final de esta serie de mensajes sobre el Espíritu Santo, y quiero terminar con una invitación. 

«Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Mateo 6:10).

Esto es lo que nos enseña Jesús a orar. ¿Sabías que es el Espíritu Santo el que trae el Cielo a la Tierra? Es la más bella expresión del Cielo, ya que es Dios mismo. Está también en el corazón de una promesa de Jesús, que dice: «Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hechos 1:8).

Es el deseo de Dios que seas lleno de su Espíritu Santo. Podemos leer en Juan 20:22 que, tras hablar con sus discípulos, Jesús «sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo».

Tal vez te preguntes cómo se manifiesta el Espíritu Santo cuando viene sobre la vida de los/as hijos/as de Dios. El Espíritu Santo se manifiesta de varias maneras. Esta es la forma en la que el libro de los Hechos cuenta la venida extraordinaria del Espíritu Santo sobre los discípulos en el día de Pentecostés: 

«Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen» (Hechos 2:2-4).

¿Quieres experimentar ahora el soplo del Espíritu Santo en tu vida? Es mi oración que Él te toque profundamente en este día. Sencillamente invítale:

• Dale gracias por haber hecho de ti su templo.
• Pídele con tus propias palabras que descienda sobre ti.
• Pídele que te llene con su presencia, que te renueve, que refresque tu vida.
• Y sencillamente concéntrate y disfruta de la presencia del Espíritu de Dios en ti.

¡Que tu espíritu esté siempre conectado con el Espíritu Santo, mi querido/a amigo/a!

Gracias por existir,
Éric Célérier

¡Felicidades! Has completado este plan de lectura. Espero que haya sido de gran bendición para tu vida.

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