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¡Jesús llevó tu debilidad!

El Todopoderoso abandonó su poder por amor a ti. ¿No te parece increíble? Como veíamos el primer día de esta serie de mensajes, esta es realmente una paradoja. Pero Él lo hizo, y lo hizo por ti. ¡Tal es su pasión por ti!

Piensa en ello por un momento. Él gobierna el universo entero, domina todas las cosas. No tiene ni comienzo ni fin, todo se le somete, no hay nada que se escape de su poder. Pero en su poder divino y absoluto hay UNA PERSONA que conmueve su corazón: Tú. ¡Sí, tú!

Por amor a ti dejó de ser todopoderoso y se hizo pequeño, muy pequeño. Vino a esta tierra como un bebé, se revistió de un cuerpo de carne, abrazó la condición humana para compartir tus debilidades. De infinitamente grande se hizo infinitamente pequeño. Pasó de ser infinitamente glorificado a ser infinitamente humillado.

Como dice la Biblia: «Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre» (Filipenses 2:8-9).

¡Qué amor más increíble tiene por ti! ¿Oyes el corazón de Cristo latir ahora por ti? Presta atención ahora a su voz y recibe sus palabras para ti:

«En la cruz estaba solo, sin ningún poder, sin fuerzas. Llevé tus pecados, tu condenación, toda tu debilidad. Pero mi Padre me resucitó y me dio el nombre que es sobre todo nombre. Estoy vivo hoy en ti y por ti. Pagué el precio para que seas salvo/a.»

¡Dios te ama con un amor tan grande, querido/a amigo/a! Recibe hoy su poder y su bendición sobre tu vida. 

Gracias por existir,
Éric Célérier

¡Felicidades! Has completado este plan de lectura. Espero que haya sido de gran bendición para tu vida. 

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