Creer que Dios es bueno pase lo que paseMuestra

«Anclado en la bondad» Es posible que lo hayas escuchado antes: la vida es dura; Dios es bueno. Esta afirmación es mucho más que un cliché: es una verdad teológica fuerte y sólida. Algunas personas increíblemente inteligentes han luchado con preguntas como esta: «Si Dios es bueno, ¿entonces por qué sucede esto? ¿Por qué se permite la injusticia y por qué la vida puede ser tan difícil?». Esas personas realmente inteligentes concluyeron que la vida es dura Y que Dios es bueno, lo uno no anula lo otro: a eso lo llaman «teodicea». La mayoría de la gente asume que como la vida es dura Dios no debe ser bueno, pero ese no es el caso. No todo es blanco o negro. Hace unos años decidí que incluso cuando no pudiera responder el porqué en esa pregunta («Si Dios es bueno, ¿entonces por qué...?»), eliminaría el «si». En otras palabras, elijo creer que Dios es bueno... pase lo que pase. Tú también puedes anclarte en la bondad de Dios. Empieza a observar la bondad de Dios a pesar de las circunstancias. Tal vez se cierre la puerta a una oportunidad, pero quizás Dios tiene preparado algo mejor y tendremos que cruzar una puerta diferente para acceder a ello. Esto ha sucedido tantas veces en mi propia vida que ahora lo doy por sentado. Cuando algo no va a mi manera, recuerdo lo que Dios ya ha hecho y comienzo a estar atento a la próxima oportunidad que descubrirá el plan supremo de Dios a través del proceso. Estar anclado en la bondad de Dios no siempre va a ser una cosa racional: Es una determinación obstinada e implacable de no dejar que las dificultades de la vida mermen la importancia de Dios. Piénsalo: ¿Cuáles son las maneras en que puedes recordarte a ti mismo el estar atento a la bondad de Dios a pesar de las circunstancias? ORA: Dios, gracias por ayudarme a estar anclado en tu bondad. Dame fuerza hoy para dejar las dudas y empezar a buscar tu favor en cada situación. En el nombre de Jesús. Amén.