Estaciones de la Cruz - Plan de PascuaMuestra

JESÚS SE ENCUENTRA CON LAS MUJERES DE JERUSALÉN LLORANDO

Considerando el aumento del mal en toda Jerusalén, Jesús advirtió a las mujeres que se preocuparan por sí mismas y por la vida de sus hijos en lugar de llorar por Él. Una vez más, vemos a Jesús no preocupado por sí mismo mientras caminaba hacia su ejecución. Se preocupaba por aquellos que enfrentaban el peligro de la condenación eterna debido a su pecado.

«No lloréis por Mí», dijo Jesús. Estaba más preocupado por lo que les esperaba, por delante de lo que le esperaba a Él. Estaba dispuesto a morir en la cruz porque sabía que tenía que cumplir su misión. También sabía que la angustia y la calamidad vendrían sobre los pecadores de Jerusalén, ya que los romanos destruirían Jerusalén y el templo en el año 70 DC. ¿Hay pecado en tu vida? Aprovecha esta oportunidad para confesar tus pecados a Dios. El pecado es una barrera entre tú y Dios. La sangre de Jesús nos limpia de toda injusticia y restaura nuestra relación con Dios.