Soy un entusiastaMuestra

Es fácil olvidar

Oh, David. Ayer leímos cómo se lanzó a la batalla con entusiasmo para servir a su piadoso llamamiento. Hoy, estamos leyendo cómo más tarde él caminó sobre el terrado de la casa real para satisfacer sus deseos humanos. Antes de que David cometiera adulterio con Betsabé, 2 Samuel 11: 1 dice que se quedó en casa durante el tiempo en que otros reyes se fueron a la guerra. ¿Suena eso como el pastorcillo que estaba tan emocionado por servir a Dios que corrió a luchar contra un gigante sin armadura?

Nadie hubiera predicho que el asesino de Goliat terminaría tan lejos de Dios, que eludiría sus deberes reales, tendría un romance con una mujer casada y mataría al esposo de su amante. Lamentablemente, es sorprendentemente fácil perder nuestro entusiasmo. Todo lo que tienes que hacer es olvidar de dónde viene.

¿Cómo evitar olvidar nuestra fuente de entusiasmo? Confiando a Dios nuestras necesidades diarias. Cuando el trabajo es duro, no buscamos atajos, buscamos Su ayuda. Caminamos con Dios todos los días. Entendemos que en theos o "en Dios" no puede suceder, si no lo permitimos a Él en nuestra rutina diaria. Nos damos cuenta de las formas en que Él ya es parte de nuestras vidas y simplemente le pedimos nuevas formas en las que podamos servirle cada día. Finalmente, adoramos a Dios todos los días. Vemos a Dios como la fuente del bien en nuestras vidas y constantemente se lo agradecemos haciendo todo para Él.

Olvidar a Dios es fácil, pero tiene consecuencias muy tristes. Hoy, elige concentrarte en Él para no olvidar lo emocionante que es correr a Su llamado.

Considera: ¿Qué hace que te apasione correr a Su llamado? ¿Cómo puedes sacar más tiempo cada día para eso que te apasiona?