Caminando por Valles Espirituales Muestra

Nunca Estaremos Solos

A veces, una tormenta en tu vida es lo que te llevará al lugar donde anhelas estar. —Beth Moore

Es difícil imaginar que Jesús, el Hijo de Dios, pasó por dificultades espirituales. Hubo dos momentos específicos en su vida en los que fue empujado más allá de lo que nuestras mentes humanas pueden comprender.

La Tentación De Jesús

Jesús pasó los primeros 30 años de su vida como un hombre normal antes de comenzar su ministerio público de 3 años y medio. Antes de sanar a alguien o devolverle la vida a alguien, fue bautizado, en el río Jordan, por Juan el Bautista. Lucas 4:1 nos dice que Jesús estaba“lleno del Espíritu Santo”cuando salió del río Jordán, y la siguiente oración dice:“El Espíritu lo llevó al desierto”.Qué pensamiento tan asombroso. Sabiendo lo que sabemos acerca de Satanás tentando a Jesús, es difícil para nuestra humanidad comprender que el Espíritu Santo de Dios guió a Jesús allí.

Jesús pasó 40 días en el desierto y no, ni bebió durante ese tiempo. El diablo estaba con Jesús, golpeándolo con dudas, ataques y preguntas. El le ofreció al Salvador del mundo oportunidades, para pasar por alto cualquier dificultad futura. Pero Jesús no cayó. Si bien su estructura física era débil, su espíritu era tenaz. La verdad de las Escrituras es lo que usó como arma para contraatacar a su enemigo espiritual.

La Crucifixión De Jesús

Poco antes de que Jesús respirara por última vez en la cruz, exclamó:“Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?” Dios se separó de su Hijo perfecto porque el pasado, el presente y los pecados del futuro, del mundo fueron amontonados sobre Jesús en la cruz. Como Dios no puede mirar el pecado, su intensa ira tuvo que enfrentarse a la magnitud del pecado del mundo, y lo hizo de una vez por todas al abandonar a su único Hijo. Esta sería la única vez en toda la eternidad que Dios le daría la espalda a alguien. Debido a una acción tan extrema que dejó a nuestro Salvador rogando por la presencia de Dios, nunca experimentaremos la soledad.

¿No te produce una sensación de alivio? Aunque puedassentirtelejos de Dios y sentirque Él te ha dejado solo, no estás solo y nunca lo estarás. Cuando los momentos difíciles nos asfixian y los días difíciles nos emboscan, nos mantenemos firmes en esta verdad.

Al cerrar la lectura devocional de este día, sepa esto: Dios nunca lo ha dejado, nunca lo dejará y, de hecho, está más cerca que su aliento.

Reflexión

• Reflexiona sobre el hecho de que cada pecado tuyo—pasado, presente y futuro—fue puesto sobre Jesús para que pudieras experimentar la salvación y nunca temer ser abandonado por Dios.Realmente piénsalo.Ahora, escribe o expresa tu gratitud por el amor de Dios por ti. Incluso en su dolor y sequía espiritual, agradézcale.