Lecciones de mi jardínMuestra

Agua

Podrías plantar un gran jardín lleno de semillas y esperar y orar para que broten, pero las semillas sin regar no germinarán. 

No importa que tan cuidadosamente las plantes, que tan rica sea la tierra, o que tanto esperes, sin un riego constante no habrá comienzo o crecimiento. Toda tu espera inicial para una gran cosecha nunca ocurrirá. La semilla continuará siendo solo una semilla. 

Para que las semillas germinen en una tierra arenosa y el calor de Oklahoma, con frecuencia necesito regar varias veces al día. Regar lleva tiempo y propósito. Incluso plantas completamente crecidas necesitan riego profundo y regular, o si no se marchitan y mueren. 

Es lo mismo con nuestros espíritus. Espiritualmente, no podemos y no prosperarémos, sin un riego regular y profundo de la Palabra de Dios. No podemos sobrevivir con las gotas del versículo diario o incluso menos. Si no pasamos tiempo en la Palabra de Dios para refrescarnos y alinearnos, nuestras mentes y corazones sucumbirían a los problemas de la vida. Sufriremos nuestra propia sequía espiritual y nos quedaremos secos y sedientos. Si no dedicamos un tiempo constante a llenar nuestros corazones y mentes con la Verdad, nos encontraremos dispuestos a alcanzar cualquier cosa que creamos falsamente que puede saciar nuestra alma reseca. 

Un sistema automático de riego en mi jardín, comienza temprano, en las horas de la mañana y dura treinta minutos. Este tiempo específico asegura que las plantas tendrán húmedad constante para sobrevivir al sol abrasador del día. 

Las mañanas también son el mejor momento para que tu alma beba y conecte profundamente con el Agua de Vida antes de comenzar con el caos del día. Cuando dediques tiempo a venir ante tu Padre, Él te encontrará en tu necesidad. Obtendrás Su poder para seguir adelante y Su paz para calmar tu mente. Con el riego regular de Su Palabra, la semilla que Él plantó en tu corazón crecerá, prosperará y dará una gran cosecha para Su Reino.

¿Tienes un tiempo específico para regar tu alma? 

¿Tu corazón está triste o deprimido? ¡Añade más agua!

Pasar tiempo regularmente en la Palabra de Dios es vital para tu vida, salud y crecimiento.