Un minuto después que mueresMuestra

Infierno

“El infierno aparece como un gesto de respeto de Dios por la elección humana. Todos reciben lo que realmente eligieron, ya sea estar con Dios para siempre, adorándolo, o sin Dios para siempre, adorándose a sí mismos."  -J.I. Packer

La Biblia tiene dos escenarios consistentes. Escuchamos de ellos de principio a fin, una y otra vez. El cielo y la tierra. Pero hay un tercer escenario en la Biblia: el infierno.

Muchos de nosotros nos sentimos incómodos con él. No solo porque no sabemos mucho de él o por las formas en las que Jesús se refiere a él, sino porque nos preguntamos, "¿Cómo un Dios amoroso permitiría que las personas fueran al infierno?"

Dios no creó la elección para forzar que lo elijas a Él. Ello removería la realidad de la elección. No creó la elección y retiró sus consecuencias. Ello removería la validez de la elección. Finalmente, Dios no creó la elección para luego fracasar en mostrarnos sus resultados. Ello removería la transparencia de la elección. No, Dios, en su bondad, nos dio la elección, nos mostró a dónde nos puede llevar, nos dejó elegir nuestro camino, y entonces nos permitió caminar por el camino elegido.

El infierno está al final de un largo camino de elegir vivir sin Dios. Es el resultado de hacer esa elección tantas veces que se convierten en un sistema de creencias, tantas veces que se convierte en realidad, para siempre. El infierno es el resultado de la decisión amorosa de Dios de no forzarnos a que lo elijamos.

La vida, muerte y resurrección de Jesús en la tierra proveyeron una manera para que cualquiera elijiera la vida eterna con Dios. Básicamente, vino a derrotar el poder de la muerte y del infierno.

Jesús a menudo llamó al infierno por el nombre de un vertedero local y una tumba en masa donde los cadaveres de los criminales y la basura eran consumidas por el fuego y los gusanos —Gehenna. En otra ocasión, llamó al infierno un lugar donde el gusano nunca muere. En otras palabras, el infierno consume a sus residentes eternamente. Es la ganancia de todos los esfuerzos por extinguir el deseo fuera de la gracia de Dios. Es donde todo lo que hay proviene del deseo interminable de ser satisfecho con un vacío auto-creado. Es la sed personificada, quemada por tratar de beberse a sí misma.  

Buenas noticias: Si estás siguiendo a Jesús, el infierno no será el escenario de tu alma. Aún así, seguir a Jesús significa vivir vidas que derrotan y vacían el infierno. El Señor no desea que ninguno perezca. ¿Cómo puedes asociarte con la voluntad de Dios de que ninguno perezca?

Ora: Dios, gracias por darme la elección. Ayúdame a no ser consumido por mí mismo. En vez de esto, dame la fuerza para elegirte regularmente y guiar a otros a que te elijan. Amén.