Corriendo la carrera de la fe: Serie Jesús es más grande #8Muestra

Advertencia #5 Pt. 1   

Reflexiones sobre la Palabra

Esta es la quinta y ultima advertencia. Cubre el mensaje de hoy y mañana.

Esta quinta advertencia habla de la diferencia entre Dios descendiendo al Sinaí a hablar con Su pueblo y nuestra habilidad de entrar a Su presencia, ante Su mismo trono. Si el pueblo no estaba ante la presencia de Dios con honor, temor y reverencia en el Monte Sinaí, ellos morían. Era muy simple.  

Ahora nosotros tenemos el privilegio de entrar ante Su presencia en Su trono. Ahí no solo estamos rodeados por la presencia de Dios el Justo Juez, sino por ángeles que cumplen Sus órdenes a la perfección, aquellos que decidieron cumplir los mandatos de Dios desde las eras pasadas, y el mismo Jesús, quien murió por nuestros pecados.

A veces olvidamos estas cosas cuando nos enfocamos en nuestros sufrimientos. Olvidamos que otros sufrieron y se aferraron a la obediencia. Olvidamos el costo del pecado, el sufrimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Olvidamos que Dios es el juez justo que juzgará a todos imparcialmente. Cuando entramos a Su presencia, todas las cosas que enfrentamos aquí en esta tierra ocupan una clara perspectiva.

Si rechazamos este panorama y rechazamos a Jesús, ¿qué opción tenemos?

El segundo punto que quiero resaltar es el último, que la sangre de Jesús habla.

Primero, habla de cosas buenas: perdón y sanidad. La sangre de Abel pidió venganza y justicia. Su muerte fue resultado de la rabia, rebelión y orgullo. Su voz gritó a Dios por justicia. Una de las palabras con mayor poder dichas a nuestro favor es la sangre de Jesús. Nos puede dar libertad, puede cambiar nuestras vidas con pocas palabras: "Yo pagué el precio en su totalidad”.

Oración

Padre, el mundo espiritual es muy difícil de ver y entender. Yo me enfoco en lo que veo y eso debería ser suficiente para sujetarme fuertemente de Jesús. Si pudiera ver más claramente el ámbito espiritual sería más obvio para mí que vale la pena estar aferrado a Jesús. Por tanto te ruego que me des otra perspectiva de Jesús, una que muestre a Jesús en Su gloria y Su honor en el cielo. Sé que aquí tengo que caminar por fe, pero a veces una breve visión es muy poderosa. Cuando me sienta cansado, desanimado, o cuando sea herido por la gente (y eso amenace con convertirse en una raíz de amargura), ayúdame a ver a Jesús. Dame un panorama renovado para que yo nunca permita que mi corazón se aleje de Jesús. Padre, esa es mi oración. En el nombre de Jesús, amén.