Descanso del Alma: 7 Días para la RenovaciónMuestra

PRACTIQUE EL AYUNO O LA ABSTENCIÓN

Lo que nos hemos dado cuenta juntos es que Dios pretende que la humanidad encuentre libertad y florecimiento de sus vidas en la tierra. Muchos de nosotros hemos creído la mentira de que Dios está buscando lo contrario y, como resultado, se ha afectado la forma en que vivimos. No hay descanso en el esfuerzo por intentar ganar continuamente el amor y la gracia de Dios cuando la Biblia nos dice que no hay manera de hacerlo. Pero celebramos lo que dice en Juan 3 que Dios no envió a su hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo. Entonces, si Dios tiene la intención de que “vivamos plenamente” en la tierra, debemos discernir lo que el Espíritu nos está diciendo acerca de cómo hacerlo. 

Hoy, elija ayunar o abstenerte de algo que sabe que será difícil vivir sin ello. Para muchos de nosotros, puede ser apagar nuestro teléfono celular por un período de tiempo. O podría ser el ayuno intencional de una comida. Al hacer esto, estamos tratando de sacar a la luz nuestra confianza en ciertas cosas, a fin de revelar nuestra necesidad de que Dios sea nuestro deseo definitivo. También queremos pedirle a Dios que nos hable acerca de las formas en que Él nos está llevando a vivir vidas fructíferas y prósperas. Escriba las ideas que Dios le da al comprometerse con el proceso. 

Precaución: La tentación puede ser optar por abstenerse de algo que no es tan importante, en un esfuerzo por minimizar el impacto en su día. Le animo a que confíe en Dios con algo que podría ser un poco más difícil de vivir sin ello para que pueda experimentar el peso de la tensión de la práctica. 

Ayunamos porque, como los que ya están atrapados en el proyecto del reino de Jesús, en el nuevo mundo de Dios, necesitamos estar seguros de que estamos diciendo un firme adiós a todo lo que hay en nosotros que aún se aferra a lo viejo.

N. T. WRIGHT

Ayunamos porque nos ayuda a mantener el equilibrio en la vida. Nos hace más sensibles al todo de la vida, para no estar tan obsesionados con nuestra mentalidad de consumidor.

RICHARD J. FOSTER