Los beneficios de un Dios real y buenoMuestra

Bendice su santo nombre

El Salmo 103 es uno de los mejores salmos de la Biblia. Yo considero que los salmos más ricos en el Salterio son el 23, 63 y 103. El Salmo 103 incluye algunos de los lenguajes más exaltados en toda la Biblia para el amor, perdón, y bondad de Dios. Si alguna vez, has luchado como yo por comprender y sentir cuánto te ama Dios, entonces el Salmo 103 es para sumergirse una y otra vez en esa verdad. Este salmo es un «Monte Everest» de la Biblia.

El Salmo 103 comienza con una gran necesidad de bendecir o alabar a Dios. Nota detenidamente, que David se dice a sí mismo que alabe. Él está hablando solo. A veces necesitamos hablar con nosotros mismos, especialmente cuando nos sentimos desanimados, solos, deprimidos o culpables. Háblate y recuerda las promesas y mandatos de la Biblia. 

¿Por qué es tan vital que alabemos a Dios? Por muchas razones, en primer lugar, es correcto alabar a Dios. Él merece nuestra mayor alabanza. Él es digno de nuestra más profunda adoración. La alabanza refleja la realidad. Vivimos en un mundo gobernado por un Dios soberano que es insondablemente grande e indescriptiblemente bueno. Simplemente, no sería correcto para nosotros no alabar a Dios.

Segundo, la alabanza es el lenguaje del amor. Porque amamos a Dios, queremos alabarlo y adorarlo. Es nuestro privilegio, deleite y deseo. Expresamos nuestro amor por Dios cuando lo alabamos. Además, la alabanza no solo expresa nuestro amor a Dios, sino que también lo nutre. Piensa en esto, cuando alabamos a Dios por su gracia, bondad, misericordia y fidelidad, nos mueve a amarlo aún más.

La tercera razón por la cual alabar es tan vital, es porque en ella, tomamos la perspectiva correcta sobre nuestros problemas y necesidades. Cuando comenzamos a orar con alabanza, quitamos la mirada de los problemas y la ponemos en Dios. Vemos las cosas desde la perspectiva del cielo, no desde la tierra. Tenemos más probabilidades de confiar en Dios. La alabanza es absolutamente esencial para una vida de confianza en Dios.

Por estas razones, la alabanza es vital en nuestra oración. No es de extrañar que las páginas de las Escrituras estén salpicadas de alabanza. 

¡Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre!