Romanos 4:6-8
Romanos 4:6-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras: «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones, cuyos pecados son cubiertos! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!».
Romanos 4:6-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
David nos habla de la felicidad de aquellos a los que, sin hacer nada para merecerlo, Dios declara inocentes por confiar en él. Así lo dice en la Biblia: «¡Qué felices son aquellos a los que Dios perdona! ¡Dios ya se ha olvidado de los pecados que cometieron! »¡Qué felices son aquellos a los que Dios perdona de todo lo malo que han hecho!»
Romanos 4:6-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
David también se refiere a la felicidad del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, cuando dice: «¡Dichoso aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos! ¡Dichoso aquel a quien el Señor no culpa de pecado!»
Romanos 4:6-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios reconoce como justo sin tomarle en cuenta sus hechos. Dijo David: «¡Dichosos aquellos a quienes Dios perdona sus maldades y pasa por alto sus pecados! ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado!»
Romanos 4:6-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
Romanos 4:6-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
Como también David habla de la bendición que viene sobre el hombre a quien Dios atribuye justicia aparte de las obras: BIENAVENTURADOS AQUELLOS CUYAS INIQUIDADES HAN SIDO PERDONADAS, Y CUYOS PECADOS HAN SIDO CUBIERTOS. BIENAVENTURADO EL HOMBRE CUYO PECADO EL SEÑOR NO TOMARá EN CUENTA.
Romanos 4:6-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo: «Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubren los pecados. Sí, qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró el pecado de su cuenta».